En nuestros gabinetes de Virgen del Prado nos preocupa la Audiología Infantil, por ello, estamos especializados en el diagnóstico y la rehabilitación en hipoacusia infantil. Además, ofrecemos asesoramiento a los padres de niños con discapacidad auditiva a lo largo de todo el proceso de corrección protésica de su hijo.


Los niños necesitan la audición para desarrollar el lenguaje y su capacidad de comunicación. Sin embargo, una pérdida auditiva puede dificultar esa comunicación. A menudo, los niños con pérdida auditiva tardan más tiempo en alcanzar un desarrollo básico del lenguaje. Sin embargo, los niños con pérdidas auditivas de leves a severas pueden desarrollar un habla comprensible con una intervención y amplificación adecuadas.

Diversos estudios han demostrado que muchos niños con pérdida auditiva profunda también pueden aprender a hablar si se les diagnostica de forma relativamente temprana. De hecho, los diagnósticos suelen ser tempranos, ya que los signos son en ellos más evidentes que los niños con pérdidas auditivas más leves. En consecuencia, cuanto antes se detecte y se empiece a tratar la hipoacusia, mejor. Gracias a la tecnología actual, los bebés pueden llevar audífonos a las pocas semanas o meses de nacer. Lo primero es adaptarles unos audífonos adecuados a sus necesidades. Más adelante pueden seguir terapias especiales de ortofonía y logopedia.


El desarrollo de la capacidad de comunicación



La cóclea es el órgano sensorial de la audición. Alcanza su tamaño normal y permite a los niños oír a partir de la 20ª semana de gestación. La mayoría de los niños están expuestos al sonido del vientre de su madre y a otras voces, aún antes de nacer.

Después del nacimiento, un recién nacido tiene una sensibilidad coclear semejante a la de un adulto, pero los bebés deben aprender a usar el oído para sentar las bases de la comunicación.

Localización

Una de las aptitudes auditivas más sencillas y que se adquieren más temprano es la localización, o sea, la capacidad de distinguir dónde se encuentra la fuente de un sonido. Como usamos los dos oídos (audición binaural), podemos localizar los sonidos con gran precisión.


Cómo controlar la capacidad de localización de sonidos en los bebés


Por regla general, los recién nacidos mueven o abren los ojos cuando oyen un ruido fuerte. Este fenómeno se conoce con el nombre de reflejo de sorpresa y puede ser inducido por un sonido fuerte. A los cinco o seis meses de edad, usted puede probar si su bebé responde correctamente a la localización produciendo sonidos suaves detrás o al lado de su hijo mientras él no le ve (asegúrese de encontrarse fuera del campo visual del niño al hacer el sonido). Un movimiento de sonajero o un murmullo harán que su bebé gire la cabeza hacia el lugar de donde proviene el sonido. Si bien esperamos que un bebé «se asuste» ante un ruido fuerte, mucho más importante es ver en qué forma responde a los sonidos suaves (como la «s» al hablar).

Durante el primer año de vida, su bebé pondrá a punto sus aptitudes auditivas y aprenderá a estar alerta y a dirigir su mirada hacia las fuentes de sonido habituales en el hogar, tales como el timbre de la puerta o del teléfono, una puerta que se cierra de golpe, las voces de otros niños jugando, un juguete musical o la palabra.